La guerra de DOODOA

Volviendo 1-1

Me dispongo a comenzar un nuevo día en Catheria, la ciudad que nunca duerme y que parece que nunca va a dejar de crecer. Pero yo no tengo ganas de enfrentarme a él. Llevo años viviendo en esta metrópolis infinita, y cada día me resulta más agotador.

¿Mi nombre? La verdad es que dudo mucho que os importe, pero bueno… soy Hinnaa, detective privada y superviviente del primer caso que me llevó a la fama.
¿Qué pasó? Deberíais de saberlo. Se habló mucho de aquello.

Encontré el cuerpo de Vasse, la hija pequeña de un magnate de la Corporación de la Policía (COP). Eso me llevó a ganar bastante dinero, lo suficiente para sobrevivir durante años sin tener que volver a trabajar. Pero aquí estoy, aburrida y hastiada de mi vida.

El día de hoy no ha comenzado de la mejor manera. Como me suele suceder, me he despertado tarde, con una resaca que parece no querer irse y con un mensaje en mi vidcomm. Es Vudius T. Hace tiempo que no le veo. Culpa mía. No suelo ser precisamente un derroche de sociabilidad.

-Sí. Ya nos vemos. Ya te llamó.

Es lo máximo que podrás sacar de mí

No sé qué tripa se le habrá roto. Probablemente, tenga un nuevo trabajo para mí, pero la verdad es que no me apetece en absoluto. No tengo ganas de lidiar con las miserias de la gente.

Salgo de mi apartamento y bajo al nivel de la calle. Me dirijo hacia mi bar favorito, el lugar donde siempre me siento un poco mejor, o al menos eso es lo que solía pensar. Pero esta vez el lugar está lleno de gente, gritando y riendo a carcajadas. Me siento más sola que nunca.

En mi camino de vuelta, me encuentro con un grupo de gente congregada en torno a una escena policial. Unos policías de la COP están llevándose a alguien esposado. La multitud murmura y especula sobre lo que ha ocurrido, pero yo paso de largo, sin interesarme por lo que sucede a mi alrededor.

Regreso a mi apartamento y me tumbo en el sofá, intentando ignorar el mensaje que sigue parpadeando en mi vidcomm. Pero sé que no podré evadirlo por mucho tiempo. Mi vida es así, un ciclo sin fin de aburrimiento y pesadumbre. Pero quizás, solo quizás, el nuevo trabajo que se me ofrece puede traer un poco de aventura y emoción a mi vida. O quizás solo me lleve a un lugar más oscuro y peligroso.

Quién sabe. En Catheria, todo es posible. Odio esta mierda de ciudad.

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