Una llamada y un cambio del destino
Recibo una llamada en mi vidcomm de Vudius T., uno de mis pocos amigos en este mundo. Sí. Creo que alguien con bastante poco cerebro podría denominarlo así. Vudius es un tipo bajito y con sobrepeso, pero con una energía y entusiasmo que podría desbordar cualquier habitación. Su tono esta vez es más serio que de costumbre, y puedo sentir la tensión en su voz.
-«Hinnaa, cariño, necesito que hagas algo por mí. He recibido un caso y no puedo hacerlo yo mismo. Sabes que no te lo pediría si fuera importante», dice Vudius, tratando de convencerme. – Además, es algo que tiene mucho que ver contigo.
-«¿Qué clase de caso? Y… ¿Qué coño tiene que ver conmigo?»
Pregunto, un poco reacia a tomar un nuevo trabajo. Desde que resolví mi primer caso, he estado tratando de mantenerme alejada del negocio de la investigación privada tanto como sea posible. La verdad es que nunca quise dedicarme a esto. Tal vez hubiera sido mucho mejor ser bailarina.
-«Es un trabajo de seguimiento. Bueno… era.», dice Vudius, «No es solo eso. Este tipo ha desaparecido y necesitamos encontrarlo. La paga es buena y sé que lo harás bien».
Después de pensar por un momento, finalmente acepto. No puedo negarle nada a Vudius, y la verdad es que podría usar el dinero extra.
«De acuerdo, lo haré. ¿Dónde puedo encontrarte?», pregunto.
-Vudius me da la dirección. Siempre es complicado encontrarse con él. Su manía de no vivir nunca es ningún sitio fijo. Si oficina. Sin un lugar que al que pueda llamar hogar. Siempre de aquí para allá. Durmiendo en hoteles de mala muerte. Pasando los días en GClubs buscando sexo casual con algún jovencito llegado de las zonas exteriores.
Me preparo para el trabajo, agarrando mi abrigo y mi vidcomm. A medida que camino hacia la salida, me doy cuenta de que no sé en qué me estoy metiendo. Pero sé que tendré que descubrirlo pronto.